sábado, 11 de julio de 2020

Una carga del pasado


Una carga del pasado


El propósito del siguiente análisis va dirigido a que podamos mirarnos a nosotros mismos y examinar nuestro corazón para poder identificar si hay en nosotros alguna carga emocional negativa que hayamos tenido en el pasado  que está afectando  nuestro comportamiento presente de tal forma, que nos impide dar los verdaderos frutos que estamos llamados a dar; si el Espíritu Santo  se lo muestra, no temas en ponerlo en las manos de Cristo, deje que Él tome el control para que dirija sus pasos a partir de ahora y no sigas cargando con un dolor  del pasado.

Isaías 43:18-19
18. No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.
19. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz;  ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.



Nuestras experiencias vividas en el pasado son la base de nuestra enseñanza futura para nuestra forma de pensar o actuar, conscientes de esto, es muy importante la forma en como nosotros asimilamos esa experiencia, porque si ella ha sido agradable, siempre será una motivación para repetirla, pero cuando ha sido negativa o dolorosa traerá rechazo o inseguridad a nuestro corazón para poder tomar decisiones, ya que nos pueden llenar de dudas.  cuando sabemos que arrastramos experiencias dolorosas del pasado debemos tener cuidado para que este pasado negativo no sea el que decida por nosotros, ya que al afectar nuestras emociones de forma negativa siempre estará presente en nuestro pensamiento como forma de alerta, pero cuando esta actitud se prolonga en nuestra mente, pasa a tomar el control de nuestra vida, sin permitirnos ver la realidad de las cosas, sino que por puro capricho juzgamos los hechos y no de forma objetiva, tanto así, que todo nuestro accionar estará condicionado a ese pasado doloroso; Dios pide que no nos acordemos de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas, sin embargo no nos está pidiendo que olvidemos por completo la experiencia dolorosa, sino más bien que nos enfoquemos en lo que nos tiene reservado si nos enfocamos en él, ya que puede darnos mucho más abundantemente de todo lo que podemos pedir o entender, o sea que si ponemos nuestra confianza en Jesucristo, nuestra mente será renovada de tal manera que nos va a permitir aceptar el pasado como un acto de su voluntad para luego él glorificarse a pesar de ese hecho; si eres de las personas que has guardado en tu corazón experiencias del pasado que te roban la paz presente, es tiempo de mirar a Cristo y poner en sus manos todo aquello que te llena de rencor ansiedad, dolor, inseguridad, odio, entre otras emociones negativas, si le has permitido que sean ellas las que controlen tu vida, entonces, estas cargas emocionales van a producir en usted acciones que tendrán efectos no solo en su vida, sino también en el entorno que le rodea. Usted está en el centro, por tanto desde su corazón saldrá hacia todo su alrededor lo que usted tiene guardado en él, o sea, que hay un radio de acción produciendo ese mismo efecto.

Las emociones que citamos anteriormente, si tomamos la primera letra de cada una de ellas vamos a tener la palabra RADIO, cuyo efecto parte del centro desde donde se emite, teniendo un alcance de forma circular, asimismo es el efecto que va a producir todo lo que sale de nuestro corazón cuando hemos guardado en él experiencias negativas que pasan a controlar nuestras vidas, por tanto debemos evitarlas si queremos dar frutos para el Reino de Dios.

Rencor
Ansiedad
Dolor
Inseguridad
Odio


Señales de carga emocional negativa

     Cuando cargamos un dolor del pasado, nos hacemos esclavos de él.

    Vivimos ocupando el tiempo presente para no pensar en el dolor del pasado

    Nos acostamos y dormimos, pero no descansamos.

    Asistimos a los eventos y al momento de la actividad sentimos alegría, pero al estar a solas no sentimos gozo.

    evitamos asumir alguna responsabilidad  porque nos sentimos incapaces o por temor a fracasar.

    No crecemos en nuestra vida espiritual porque nos decían que no servimos y lo creímos.


Jesucristo manda que vengamos a él con nuestra carga para hacernos descansar, cuando nos dice en su palabra:

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Mateo 11:28


Para venir a Él:
1. No pienses en lo que dejaste atrás cuando no eras libre

 Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.   Números 11:5-6

2. No resista al llamado motivado por el dolor del pasado.  Jueces 11:7

3. Acepte ver la vida de una forma diferente para bien.
 2 Corintios 5:17

4. Crea que recibirá iluminación para entender.
Les abrió el entendimiento. Lucas 24:45

5. Nos promete hacerlo de nuevo . Isaías 43:19
Abriré caminos en el desierto y ríos en soledad.



Tito 3:4-6
4. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
5. nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
6. el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro.
1. Nos salvó por su misericordia. Vers. 5a

2. Nos ha lavado por la regeneración. Vers. 5b

3. Nos ha renovación del espíritu. Vers. 5c



Conclusión

Ilustración
Dos hombres iban caminando por el campo, al acercarse a un río se encontraron con una mujer que quería cruzar al otro lado, pero que no sabía cómo hacerlo, ya que no había ningún puente. El primer hombre se ofreció amablemente: –Si quieres podemos llevarte en brazos hasta el otro lado del río; y ella aceptó agradecida su ayuda.
Así que los dos hombres entrelazaron sus manos, la levantaron y la llevaron hasta el otro lado del río. Después de seguir sus caminos, uno de ellos de pronto se quejó amargamente; –¡Mira mi ropa! –dijo. –Está toda sucia de barro por haber cruzado a esa mujer, la espalda me duele y me siento muy cansado.
El otro hombre simplemente sonrió y asintió con su cabeza. Más adelante, el segundo hombre se quejó nuevamente, ya no puedo seguir adelante, me duele todo, todavía siento el esfuerzo, dijo.
El primer hombre miró a su compañero, que ya estaba en el suelo quejándose y le dijo:
–¿Te has preguntado por qué yo no me estoy quejando?, te lo diré: La espalda te duele, porque todavía estás llevando a la mujer en tus brazos, pero yo la bajé apenas cruzamos el río.
Así es como somos nosotros. Llevamos las cargas del pasado sobre nuestros hombros. Ponemos una caja llena de rencor, angustias, dolor, inseguridad, odios, frustraciones, resentimientos, hipocresías, malicias, envidias, celos y muchísimas cosas más que, con el pasar del tiempo, se hace más pesada, hasta que un día, como el hombre de la historia, nos duele hasta el alma porque no hemos sacado de nuestra mente lo que hemos vivido en el pasado.

1 Pedro 5:7-9
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

No sigas cargando el pasado en su corazón, es el momento de dejarlo en las manos de Cristo, y así recuperar la paz que has perdido, cambie su actitud de prejuicio, procure estar alerta para no dejarse dominar por una actitud negativa en todo, sino, razonar antes de tomar decisiones, obedecer el mandato de la Palabra de Dios para no coincidir con el enemigo que busca devorarle, procure entender que otros padecen lo mismo; que su condición no es única, sino que otros al igual que usted viven una experiencia similar también, si usted obedece puede  superar, entonces, estará en capacidad de poder testificar para que otros puedan creer que Cristo lo hizo en su vida por medio de la fe.

No hay comentarios.:

Powered By Blogger