Una carga del
pasado
El propósito del
siguiente análisis va dirigido a que podamos mirarnos a nosotros mismos y
examinar nuestro corazón para poder identificar si hay en nosotros alguna carga
emocional negativa que hayamos tenido en el pasado que está afectando nuestro comportamiento presente de tal forma,
que nos impide dar los verdaderos frutos que estamos llamados a dar; si el
Espíritu Santo se lo muestra, no temas
en ponerlo en las manos de Cristo, deje que Él tome el control para que dirija
sus pasos a partir de ahora y no sigas cargando con un dolor del pasado.
Isaías 43:18-19
18. No os
acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.
19. He aquí que
yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz;
¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la
soledad.
Nuestras experiencias vividas en el pasado son la base de nuestra
enseñanza futura para nuestra forma de pensar o actuar, conscientes de esto, es
muy importante la forma en como nosotros asimilamos esa experiencia, porque si
ella ha sido agradable, siempre será una motivación para repetirla, pero cuando
ha sido negativa o dolorosa traerá rechazo o inseguridad a nuestro corazón para
poder tomar decisiones, ya que nos pueden llenar de dudas. cuando sabemos que arrastramos experiencias
dolorosas del pasado debemos tener cuidado para que este pasado negativo no sea
el que decida por nosotros, ya que al afectar nuestras emociones de forma
negativa siempre estará presente en nuestro pensamiento como forma de alerta,
pero cuando esta actitud se prolonga en nuestra mente, pasa a tomar el control
de nuestra vida, sin permitirnos ver la realidad de las cosas, sino que por
puro capricho juzgamos los hechos y no de forma objetiva, tanto así, que todo
nuestro accionar estará condicionado a ese pasado doloroso; Dios pide que no
nos acordemos de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas,
sin embargo no nos está pidiendo que olvidemos por completo la experiencia
dolorosa, sino más bien que nos enfoquemos en lo que nos tiene reservado si nos
enfocamos en él, ya que puede darnos mucho más abundantemente de todo lo que
podemos pedir o entender, o sea que si ponemos nuestra confianza en Jesucristo,
nuestra mente será renovada de tal manera que nos va a permitir aceptar el
pasado como un acto de su voluntad para luego él glorificarse a pesar de ese
hecho; si eres de las personas que has guardado en tu corazón experiencias del
pasado que te roban la paz presente, es tiempo de mirar a Cristo y poner en sus
manos todo aquello que te llena de rencor ansiedad, dolor, inseguridad, odio,
entre otras emociones negativas, si le has permitido que sean ellas las que
controlen tu vida, entonces, estas cargas emocionales van a producir en usted
acciones que tendrán efectos no solo en su vida, sino también en el entorno que
le rodea. Usted está en el centro, por tanto desde su corazón saldrá hacia todo
su alrededor lo que usted tiene guardado en él, o sea, que hay un radio de
acción produciendo ese mismo efecto.
Las emociones que citamos anteriormente, si tomamos la primera letra
de cada una de ellas vamos a tener la palabra RADIO, cuyo efecto parte del
centro desde donde se emite, teniendo un alcance de forma circular, asimismo es
el efecto que va a producir todo lo que sale de nuestro corazón cuando hemos
guardado en él experiencias negativas que pasan a controlar nuestras vidas, por
tanto debemos evitarlas si queremos dar frutos para el Reino de Dios.
Rencor
Ansiedad
Dolor
Inseguridad
Odio
Señales de carga emocional negativa
● Cuando cargamos un dolor del pasado, nos hacemos esclavos de él.
● Vivimos ocupando el tiempo presente para no
pensar en el dolor del pasado
● Nos acostamos y dormimos, pero no descansamos.
● Asistimos a los eventos y al momento de la
actividad sentimos alegría, pero al estar a solas no sentimos gozo.
● evitamos asumir alguna responsabilidad porque nos sentimos incapaces o por temor a
fracasar.
● No crecemos en nuestra vida espiritual porque nos
decían que no servimos y lo creímos.
Jesucristo manda que vengamos a él con nuestra carga para hacernos descansar, cuando nos dice en su palabra:
Venid a mí todos
los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Mateo 11:28
Para venir a Él:
1. No pienses en lo que dejaste atrás cuando no eras libre
Nos acordamos del pescado que comíamos en
Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los
ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros
ojos. Números 11:5-6
2. No resista al llamado motivado por el dolor del pasado. Jueces
11:7
3. Acepte ver la vida de una forma diferente para bien.
2 Corintios 5:17
4. Crea que recibirá iluminación para entender.
Les abrió el
entendimiento. Lucas 24:45
5. Nos promete hacerlo de nuevo . Isaías 43:19
Abriré caminos en
el desierto y ríos en soledad.
Tito 3:4-6
4. Pero cuando se
manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
5. nos salvó, no
por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia,
por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
6. el cual
derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro.
1. Nos salvó por su misericordia. Vers. 5a
2. Nos ha lavado por la regeneración. Vers. 5b
3. Nos ha renovación del espíritu. Vers. 5c
Conclusión
Ilustración
Dos hombres iban caminando por el campo,
al acercarse a un río se encontraron con una mujer que quería cruzar al otro
lado, pero que no sabía cómo hacerlo, ya que no había ningún puente. El primer
hombre se ofreció amablemente: –Si quieres podemos llevarte en brazos hasta el
otro lado del río; y ella aceptó agradecida su ayuda.
Así que los dos hombres entrelazaron sus
manos, la levantaron y la llevaron hasta el otro lado del río. Después de
seguir sus caminos, uno de ellos de pronto se quejó amargamente; –¡Mira mi
ropa! –dijo. –Está toda sucia de barro por haber cruzado a esa mujer, la espalda
me duele y me siento muy cansado.
El otro hombre simplemente sonrió y
asintió con su cabeza. Más adelante, el segundo hombre se quejó nuevamente, ya
no puedo seguir adelante, me duele todo, todavía siento el esfuerzo, dijo.
El primer hombre miró a su compañero, que
ya estaba en el suelo quejándose y le dijo:
–¿Te has preguntado por qué yo no me estoy quejando?, te lo diré: La espalda te duele, porque todavía estás llevando a la mujer en tus brazos, pero yo la bajé apenas cruzamos el río.
–¿Te has preguntado por qué yo no me estoy quejando?, te lo diré: La espalda te duele, porque todavía estás llevando a la mujer en tus brazos, pero yo la bajé apenas cruzamos el río.
Así es como somos nosotros. Llevamos las
cargas del pasado sobre nuestros hombros. Ponemos una caja llena de rencor,
angustias, dolor, inseguridad, odios, frustraciones, resentimientos,
hipocresías, malicias, envidias, celos y muchísimas cosas más que, con el pasar
del tiempo, se hace más pesada, hasta que un día, como el hombre de la
historia, nos duele hasta el alma porque no hemos sacado de nuestra mente lo
que hemos vivido en el pasado.
1 Pedro 5:7-9
Echando toda vuestra ansiedad sobre él,
porque él tiene cuidado de vosotros.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro
adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
No sigas cargando el pasado en su corazón, es el momento de dejarlo en
las manos de Cristo, y así recuperar la paz que has perdido, cambie su actitud
de prejuicio, procure estar alerta para no dejarse dominar por una actitud
negativa en todo, sino, razonar antes de tomar decisiones, obedecer el mandato
de la Palabra de Dios para no coincidir con el enemigo que busca devorarle,
procure entender que otros padecen lo mismo; que su condición no es única, sino
que otros al igual que usted viven una experiencia similar también, si usted
obedece puede superar, entonces, estará
en capacidad de poder testificar para que otros puedan creer que Cristo lo hizo
en su vida por medio de la fe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario